[Artículo] La Metamorfosis: una lectura sobre la incomprensión y la soledad
Madrid, Teresa Mondría Terol
3 de mayo de 2020
Contextualización
La vida y la obra de Kafka han de ser estudiadas conjuntamente para comprender el sentido de ambas. En este caso, La Metamorfosis es un relato que muestra una realidad biográfica , al igual que otras muchas obras del autor.
Franz Kafka (Praga, 3 de julio de 1883 — Kierling, 3 de junio de 1924) nació en el seno de una familia judía, y el negocio de sus padres le obligó a mudarse consantemente, por lo que sus amistades no fueron nunca estables. Creció tímido, y se encerró en su mundo interior, lo que ha influido mucho en sus novelas. En su vida adulta compaginó su vocación de escritor con trabajos que le permitían sustentarse, y que le provocaban verdadera angustia por el dilema de “ganarse la vida o vivirla” . Su vida excéntrica no le permitió establecer una relación amorosa duradera con ninguna mujer, si bien estuvo con varias que al tiempo se alejaban porque él no les podía proporcionar una “vida normal”. En la Primera Guerra Mundial publicó en 1915 La Metamorfosis, y comenzó a ser un escritor premiado pero pronto enfermaría. Sus últimos años se caracterizaron por la proliferación tanto de las enfermedades como de su escritura.
En este caso, La Metamorfosis trata la reclusión en el mundo interior por el rechazo de la sociedad a su vida particular y extraña, la violencia de la relación con su padre, la imposibilidad de establecer relaciones personales y la sumisión a un trabajo por razones de subsistencia.
Comentario
Nunca sabremos con certeza en qué insecto se transformó Gregorio Samsa aquella mañana tras su sueño intranquilo. Y esa es la clave de La Metamorfosis. El insecto no es más que una alegoría del tema que radica esta novela corta de Kafka, la incomprensión.
Como el lenguaje es algo propio del ser humano, y a través de él comprendemos la realidad, la falta de este medio de expresión y de transmisión de significados imposibilita el entendimiento entre un emisor y un receptor. Si Gregorio hubiera podido hablar con su familia la mañana después de la transformación, el conflicto se podría haber solucionado. Es la incapacidad de hablar la que pone la primera barrera entre el mundo de Gregorio Samsa y el exterior, no solo la puerta de su habitación. Esta construye el conflicto narrativo y la necesidad de combatir una situación anormal, y desencadena un proceso de destrucción de las pocas relaciones personales que le quedan en vida.
El rechazo que provoca Gregorio como insecto es fruto de no saber su origen como criatura. No poder dialogar para conocer la nueva situación es lo que crea el distanciamiento. Niegan la realidad que les es dada porque no coincide con ninguna experiencia anterior. A partir de ese acto desencadenante conocemos cómo se transforma Gregorio además de a toda la familia. Porque la metamorfosis no es únicamente el proceso físico que sufre el joven Samsa esa noche. Es todo el proceso de cambio de cada uno de los personajes al enfrentarse a una situación con la que no se quieren encontrar. Una realidad incómoda, indeseada, pero, al fin y al cabo, su realidad. Y es que en ningún momento se intenta conseguir comprender la situación para hallar la razón de ser y la explicación de lo ocurrido. La respuesta frente a la metamorfosis es cerrar la puerta ante ella e ignorarla.
La incomprensión lleva, por tanto, a tres tipos de reacciones principales en la historia. Primero, a la esperanza de la vuelta a la realidad. Tal cual nos está ocurriendo durante el confinamiento. Quien representa esta reacción es la madre de Gregorio, ya que el vínculo emocional entre la madre y su hijo alberga siempre esa esperanza a la reversibilidad para volver a la normalidad anterior. Tanto lo mira de frente cuando se encuentra con el insecto por primera vez, intentando descubrir un ápice de su hijo bajo ese caparazón, como vela por sus sentimientos a la hora de quitar los muebles de su habitación, y “suplica a su marido que no lo mate” con las manzanas . La mujer destaca por su incapacidad de salvación, porque realmente no se pone en juego por su hijo, y su intención cae en vano, relegada ante violencia física y psicológica que se ejerce sobre Gregorio.
La violencia como segunda reacción la interpreta el padre. No poder controlar la situación le genera una sensación de entorno agresivo que resuelve forzando, tanto al final del primero como del segundo capítulo, a Gregorio a esconderse en su habitación, lo recluye a su mundo interior para hacerlo desaparecer. Es el único que desde un principio no desea la nueva forma de Gregorio. “Lo sabía — dijo el padre-. Os lo advertí, pero vosotras, las mujeres, nunca hacéis caso” . Le es indiferente que ese insecto haya sido alguna vez su hijo. Su hijo era un objeto útil que proporcionaba sustento económico a la familia. Ahora que ya no es capaz de traer dinero a casa, deja de tener utilidad, por lo que interiormente legitima esa violencia y aislamiento. Por lo tanto, se convierte en un personaje de nivel -1, según la escala de López Quintás , al tratar como un objeto a su propio hijo. La realidad que esconde esta relación, o esta falta de relación. Esta relación encuentra su raíz en la real entre Kafka y su padre.
Y la tercera es la rendición de condena. Es la reacción más tardía, que se gesta desde el primer momento pero no es hasta el desmayo de la madre que nos damos cuenta de ella. Es el momento en el que la hermana se niega a reconocer al insecto como su hermano. Ella, que lo había estado cuidando durante todo ese tiempo posterior a la transformación, acaba por rendirse. Ante este monstruo, no quiero ni siquiera pronunciar el nombre de mi hermano; y, por tanto, sólo diré que hemos de librarnos de él” Es decir, o bien matándolo o dejándolo morir.
Los tres procesos acaban revelando una razón de ser en tres experiencias de vértigo. La hermana, al sentenciar a muerte a su hermano, desciende al nivel -3 . Y los padres, al aceptar la sentencia, caen vertiginosamente con ella. La felicidad que los abraza al acabar la obra frente a la nueva vida que se les abre sin Gregorio es la culminación del vértigo, la burla a la muerte de aquel que sirvió a la familia, sin descanso ni queja, sometido a un trabajo que le demacraba, y le privaba de toda libertad relacional, incluso antes de ser insecto.
Gregorio se mantiene en los niveles positivos y fue el único que, pese a su falta de libertad, su soledad, a su reclusión forzada, en ciertos momentos dejó entrever al hombre dialógico. Eligió aceptar la vida que le había sido dada para sustentar a su familia. Eligió aceptar su nueva vida intentando no causarles estragos. Eligió al otro siempre antes que a sí mismo. El proceso de “disolución del yo” de Gregorio culmina al final de la novela cuando elige la muerte para devolver la normalidad a la vida de aquellos que ya le habían condenado. También fue la culminación del proceso de soledad que había crecido a partir de la reclusión. “La soledad es el peor de los males del hombre”, dijo Kafka en sus Diarios (1910–1923). La desolación de Gregorio hace partícipe al lector y le permite experimentar a través de la narración del lenguaje, la sensación de soledad en su propio ser.
Conclusión
La clara representación del proceso de vértigo en la obra de Kafka es lo que interpela al lector durante la historia, y produce la conmoción que se siente al terminarla. No es, ni desea ser, un relato que deje indiferente. Provoca, y cuestiona el comportamiento del ser humano. Pasamos de entender el asombro de la familia ante la situación con la que se encuentran a rechazar nosotros mismos los personajes grotescos en que se han convertido.
La Metamorfosis de Kafka es un clásico literario porque supera los años al tratar problemas fundamentales como la comprensión del mundo o el enfrentamiento ante la soledad. Pone en juego al lector para que busque las respuestas a estas preguntas. Interpela no sólo a lectores sino también a otros autores, como bien confesó Gabriel García Márquez, para el que esta novela fue “una gran revelación”. Es un relato que muestra la belleza a través de la crudeza y el profundo vértigo en el que se precipitan los personajes cuando no los guía un amor y una bondad verdadera. Kafka nos hace ponernos en la piel de ambas caras de la historia, nos hace entenderlas y nos plantea si experimentado la soledad de Gregorio y si hemos rechazado alguna vez una realidad a la que no nos queríamos enfrentar. Es una de las obras que te dice que “debes cambiar tu vida”. La belleza de La Metamorfosis nos despierta ante la realidad y nos invita a comprenderla, a enfrentarnos a ella, nos abre ante una realidad que nos hiere.