“Resolver problemas en la política va más allá de la ideología” — Entrevista a Maysoun Douas

Teresa Mondría | Portfolio
7 min readJan 10, 2021

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Madrid, Teresa Mondría Terol
18 de noviembre de 2020

Maysoun Douas es doctorada en Física por la Universidad Autónoma de Madrid y Concejala por el grupo Más Madrid en el Ayuntamiento de Madrid. Cuenta con una carrera profesional multidisciplinar, desde el mundo de la investigación hasta el emprendimiento y la innovación. Ahora, repasa su primer año en la política, desde la oposición.

¿Cómo resulta tu trabajo desde la oposición?
De primeras, no tenemos responsabilidad de gobierno. Tradicionalmente la oposición fiscalizaba al gobierno, pero la pandemia lo ha trastocado. Aún así, cuando mi grupo entró en oposición, hubo debate sobre qué tipo de oposición ser, si denunciarlo todo o ser más propositivo, y hemos encontrado un equilibrio. En ese equilibrio surgen los Pactos de Cibeles. Los distintos grupos nos unimos en igualdad de condiciones, sin tener en cuenta ideologías, para aportar, desde la generosidad de nuestros cargos, soluciones para la ciudadanía de Madrid.

¿Qué avances provocaron los Pactos?
Abrimos mesas de escucha y llegamos a 352 iniciativas que ya se están desarrollando, como la transformación digital del ayuntamiento. Lo importante es ponerlo encima de la mesa. Sin los Pactos, tendríamos que haber llevado cada iniciativa a los plenos para conseguir la mayoría necesaria. Gracias a la aceleración de plazos, existen muchas medidas que funcionan y ayudan en esta situación.

Viéndolo con perspectiva, ¿cuáles han sido los resultados de estos meses de acuerdos?
Para mí, esperar a reunirnos en junio fue muy tarde. Creo que un gobierno de unidad se tendría que haber convocado desde el primer momento. Quizás hubiésemos evitado problemas en las residencias, muertes por Covid en domicilios, colas en los hospitales, problemas de brecha digital y educativos, reducción de suicidios… Muchos asuntos necesitaban atención temprana y no esperarse a acumular datos. No justifica que tardáramos tanto en sentarnos. Todos los ojos iban al gobierno central y nadie pensaba qué podía hacer desde su posición para aliviar la situación.

¿Siguen vigentes ahora mismo?
Estamos en proceso de normalizarlos, y no pensar que fueron fruto de la generosidad del momento. Sí que hay tendencia a volver a las viejas costumbres pero creo que será temporal y volveremos a colaborar. Los siguientes meses van a necesitar mucha política de diálogo y consenso y eso supone volver a las mesas de Cibeles.

Ha sido un referente para otros ayuntamientos.
Mucha gente nos ha felicitado. El secretario del pleno estaba emocionado de participar en un hecho tan histórico. Lo importante es haberlo hecho. El proyectarse en el futuro depende de cómo la población mire hacia los políticos. Si piensas en el político como quien tiene que representar una línea ideológica, no le perdonarás sentarse con la oposición. Si piensas en él como el responsable de fomentar políticas que ayuden en tu día a día, sí que lo vas a permitir. Resolver los problemas en la política va más allá de la ideología, sentarse con el contrario no significa deshacerse de ella.

En tu tribuna libre en el diario.es hablas de dejar de lado estas etiquetas que estigmatizan. ¿Cómo lo relacionas con la polémica de la brecha social emergente tras los contagios por zonas en Madrid?
Es muy nocivo fomentar la categorización, no somos sino la contribución de muchos atributos. Miramos a la gente desde la codificación de para qué servimos. La pandemia no entiende de eso. No ha entendido de ricos o pobres, pero ahora se está ligando el contagio con zonas étnicamente complejas o la diversidad de los barrios con la propagación de los contagios. Son las condiciones de vida a la que optan las personas aquello en lo que se debería prestar la atención.

Pero el primero es un discurso más fácil de vender.
Efectivamente. No hay que caer en la denuncia fácil de que es más probable contagiarse en los barrios vulnerables porque los espacios son más pequeños. En ese caso, habría que denunciar por qué es que viven en espacios pequeños.Centrarnos en el abordar la situación en vez de en un estigma que solo dificulta la resolución del problema.

¿Y crees que ha habido una mayor división social por la pandemia?
Siendo una realidad, es peligroso centrarse en ese discurso. Hay zonas con alto contagio en todos los barrios. Si queremos difuminar la frontera norte-sur, no se puede enfatizar que hay una barrera insalvable entre zonas. Como sociedad tendríamos que pensar en cómo afrontamos dialécticamente este asunto, y reducir las condiciones que provocan la desigualdad y abrir nuevas oportunidades.

¿Cómo se aplica esa dialéctica a la reducción de brechas como la digital?
Es complicado de ver, en concreto, es un problema poliédrico. Tener un dispositivo no significa digilitación. Hay que aprender a usarlo, tener conectividad… Para paliar la brecha digital, hay que atender a diferentes perspectivas, todas necesarias, de distintas áreas del ayuntamiento. No se puede trabajar desde un único punto de vista. Sí que hace falta una visión más objetiva de la realidad, que atienda a las necesidades personales, que entienda los matices, es muy importante las visión humanísitica ahí.

¿Y la visión científica? ¿Cómo aporta tu formación en tu puesto actual?
Es muy complicado que un científico aporte en estos contextos. Buscamos las causas de los problemas en lugar de las manifestaciones. Trasladar las soluciones que podamos ver al resto de panorama político no es fácil porque el resto se queda solo en las manifestaciones y cuando intentas exponer soluciones sistémicas. Es muy importante tener la perspectiva científica dentro del mundo de la política, aunque todavía es pronto para ver si es suficiente.

¿Por qué decidiste no seguir en el mundo de la investigación?
No seguí en la carrera de la investigación porque vi lo que le había pasado a mis compañeras en ese camino, desterrarse muchos años en otros laboratorios internaciones para conseguir una experiencia reconocible y con ello justificar su puesto de investigación aquí en España. La búsqueda de colaboración para los proyectos podría nacer de forma mucho más amable la hora de desarrollar una carrera en el mundo universitario. No tiene por qué ser unos “juegos del hambre”, eso limita que las mujeres tengan roles en la investigación, por la conciliación con la vida personal. Y es que no hay opción de conciliar. No estoy de acuerdo con que la meritocracia vaya en contra con los valores familiares. Si tengo una familia no la tengo que contrarrestar con mi vida profesional.

Y llega el momento en el que decides apostar por la innovación como carrera profesional.
Mientras compatibilizaba la carrera y durante el doctorado tenía muchos proyectos puestos en marcha de impacto social y una de las cosas que me carcomía por dentro era que estos no murieran tras llevarse a cabo. Pasé de intentar descubrir por qué los resultados de algunas investigaciones científicas no llegaban a ningún lado, a saber que es fundamentalmente por un problema de competitividad de España con otros mercados científicos. Eso me hizo descubrir la innovación, y después emprendí junto con mi marido en la creación de una empresa de servicios en transferencia tecnológica.

En el momento en el que te dicen que serás parte de las listas electorales de Carmena, ¿qué supuso ser la representación pública y pionera del sector de la innovación?
Cuando me lo pidieron, estaba en una etapa profesional muy buena. Suponía romper con un momento de crecimiento en La Nave, los proyectos empezaban a funcionar, lo que generó un efecto llamada. Cuando todo funciona, te llaman y básicamente te dicen que “cambies el tablero del parchís por el del ajedrez”. Y piensas, “¡pero si yo estaba ganando!”. Me pareció un reto interesante que la innovación empiece a tener presencia en un grupo político. Me hizo ilusión tentar el status quo y aportar al ecosistema de la innovación desde la política.

¿Cuál es el problema actual del campo de la innovación en España?
Principalmente, no conseguimos que el valor añadido de la innovación se transforme en monetización. El esfuerzo dentro de este ecosistema es 100 veces mayor de lo que se monetiza. Hay muchísimos proyectos pro-bono o sin ánimo de lucro que no rentabilizan porque en España es muy complicado aceptar lo nuevo y hay animadversión al riesgo. El riesgo se puede medir, acotar y afrontar, pero la incertidumbre no, y no todo el mundo la puede gestionar. La pandemia ha sido un test de estrés en este sentido y nos hemos dado cuenta de que lo incierto nos paraliza.

Segun tu experiencia, ¿la innovación debería financiarse desde el ámbito público?
Se tendría que cambiar de modelo a compra temprana, de apostar por los emprendedores y hacer que las industrias quieran tener las startups cerca, que en las licitaciones públicas se den más puntos a los que colaboren de forma estrecha con proyectos innovadores, por ejemplo. Que existan vehículos de inversión real desde el ayuntamiento para proyectos que prestan servicios en su ámbito municipal. La participación del ayuntamiento es garantía de que es una solución beneficiosa para la sociedad.

Y ahora en tu papel en la política, ¿cuál ha sido tu mayor aprendizaje en este tiempo como concejala?
He podido aprender cómo funciona la administración, y eso que antes estaba en el CSIC y la UAM, pero no es lo mismo. También el ver cómo se desarrollan las iniciativas, y entender antes de opinar, sobre todo cuando provoca un impacto en la vida de las personas. Por ejemplo, abrir las terrazas supone un alivio para la restauración pero invades un espacio público para viandantes, y genera ruido … todo necesita diálogo para consensuar la solución cada problema. Hasta ahora, he llevado dos o tres iniciativas a plenos y comisiones y algo de huella estoy dejando, el impacto es pronto para valorarlo pero en definitiva estoy contenta.

Has sido una pionera desde diversas perspectivas, pero aún se te presenta como “la primera mujer política y musulmana de Madrid”
Yo aporto mucho más que ser musulmana, como concejala, científica y emprendedora. Con mi carácter y preparación tengo las aspiraciones de impactar en la sociedad, trabajando. Es muy fácil crear polémica en torno a mi persona por ser musulmana y que oculte otras cosas que sean más importantes. Siendo yo la pionera, espero que las siguientes personas musulmanas sean relevantes por sus hechos, y no por ser musulmanas.

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